Casi todas las cámaras de fotos del mercado actual están equipadas con conexiones inalámbricas. Pero algunas sólo disponen de conectividad Wi-Fi, mientras que otras también pueden gestionar el emparejamiento NFC o la conexión Bluetooth. Aquí echamos un vistazo a cada una de estas tecnologías para anticiparnos mejor a tus necesidades según tus usos.
Controlar tu cámara a distancia, descargar fotos en tu smartphone o tablet, sincronizar el reloj de tu cámara con tu teléfono o recuperar las coordenadas GPS de tu móvil… Si eres apasionado a la fotografía sabrás que todo esto es posible con un gran número de cámaras de fotos lanzadas en los últimos años. Pero no todas estas operaciones estarán permitidas, así que dependiendo del tipo de conexión que necesites, deberás elegir qué cámara de fotos comprar.
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Wi-Fi, Rápido pero Exclusivo
La conexión inalámbrica más común en los dispositivos es la Wi-Fi, que probablemente ya estés acostumbrado a utilizar, ya sea para acceder a Internet, vincular la impresora al ordenador o los objetos conectados a la red doméstica.
Este tipo de comunicación inalámbrica utiliza ondas de radio con frecuencias de 2,4 GHz o 5 GHz. El Wi-Fi responde a distintos estándares, siendo el más común el 802.11a/b/g/n o ac. El alcance de Wi-Fi es muy importante en exteriores, ya que teóricamente puede llegar a más de 100 m. También es la conexión inalámbrica más rápida en nuestras cámaras: hasta 150 Mbps para 802.11n en un solo canal (y 450 Mbps cuando se agregan 3 canales), 1.300 Mbps para 802.11ac en un solo canal (para hasta 7 Gbps cuando se agregan varios canales), y hasta 3.5Gbps para 802.11ax.
En las cámaras de fotos, el Wi-Fi se utiliza por tanto para la transferencia de grandes cantidades de datos, como la visualización de la vista Live View al pilotar la cámara a distancia o la descarga de fotos a un smartphone o una tablet.
Pero la conexión Wi-Fi de las cámaras no pasa por un puente o un router de Internet. Es propietaria, lo que significa que tienes que desconectar tu smartphone o tablet de una red de Internet para conectarte a la cámara. Además, hay que hacer una nueva conexión cada vez que se enciende.
Esto puede ser más o menos tedioso dependiendo de la marca, aunque se ha vuelto mucho más fácil en los últimos años, con el reconocimiento de códigos QR utilizado por Canon, Sony y Panasonic, por ejemplo. La conexión Wi-Fi también consume mucha energía, por lo que un uso prolongado agotará las pilas.
NFC, Sólo para Emparejar
Algunas cámaras y smartphones también están equipados con una conexión NFC (“Near Field Communication”), que tiene un alcance limitado a unos centímetros y una velocidad de transmisión de datos muy baja, de unos cientos de kilobytes por segundo. Por tanto, este tipo de conexión no puede utilizarse para transferir datos fotográficos.
Por otro lado, su corto alcance ofrece una buena seguridad para facilitar el emparejamiento entre dos dispositivos: no es necesario introducir una contraseña. Por eso, las conexiones NFC se utilizan para facilitar la conexión entre una cámara y un dispositivo móvil, antes de pasar a una conexión Wi-Fi más potente. Ahora que los sistemas de conexión de las distintas marcas se han simplificado mucho y se ha introducido Bluetooth Low Energy, la utilidad de NFC es más cuestionable.
Bluetooth como Complemento
La conexión Bluetooth es también una conexión inalámbrica por radio que utiliza la banda de frecuencia de 2,4 GHz. Su alcance es corto comparado con el de Wi-Fi, ya que se limita a unos diez metros, y su velocidad no supera en teoría los 50 Mb/s. Por otro lado, esta conexión tiene la enorme ventaja de ser muy barata, ahorrar espacio y energía, especialmente desde que en 2010 se lanzó su versión 4.0, denominada Bluetooth Low Energy o BLE. Al no utilizar los mismos canales que el Wi-Fi, Bluetooth no requiere desconectar el teléfono de Internet y su bajo consumo permite mantener una conexión constante con la cámara.
Esta es la tecnología utilizada por el sistema SnapBridge de Nikon, que tiene la ventaja de mantener sincronizado el reloj de la cámara con el del teléfono, recupera automáticamente las coordenadas GPS del teléfono y las añade a las fotos de la cámara y, sobre todo, permite descargar imágenes de la tarjeta de memoria a un dispositivo móvil de forma continua, incluso cuando la cámara está apagada.
Está claro que Nikon ha realizado una gran operación (tanto desde el punto de vista técnico como de marketing). Recordábamos claramente las interesantes funcionalidades de su SnapBridge, pero prestábamos menos atención al hecho de que, desde entonces, muchas otras marcas también han equipado sus cámaras con una conexión de este tipo. Es el caso, en particular, de Canon, que ha equipado su EOS-1D o su G1 X Mark III con una conexión Bluetooth BLE además de Wi-Fi, o más recientemente de Panasonic en las LUMIX GF6 o DC-FZ80, de Sony en las A7R III y A7 III y de Fujifilm en las X-Pro3, X-T5 o X-H2.
Palabras Finales
La incorporación de una conexión Bluetooth de bajo consumo, además de Wi-Fi, garantiza un intercambio constante de información entre dos dispositivos. Pero las aplicaciones para smartphone de estas diferentes marcas deben aprovecharlas al máximo. Para estar seguro de ello, hay que profundizar en las opciones que ofrece cada una. Por ejemplo, la conexión Bluetooth de la reciente Canon PowerShot SX70 sólo parece facilitar una rápida conexión Wi-Fi con la cámara, pero no permite la transferencia continua de imágenes.
Del mismo modo, cabe destacar que el Bluetooth por sí solo no es suficiente para dotar a una cámara de una comunicación óptima. Sin conexión Wi-Fi, la clásica Nikon D3400 utiliza SnapBridge para subir fotos a un dispositivo móvil, pero no se puede controlar a distancia desde un smartphone o una tableta.
Por eso, a la hora de elegir tu cámara, procura que tenga conectividad Wi-Fi y Bluetooth Low Energy (BLE), y comprueba las opciones que ofrecen las apps móviles de los fabricantes.