El 3 de diciembre de 1992 se envió el primer SMS (Short Message Service): solo dos palabras que iniciaron la revolución digital.
El 3 de diciembre de 1992 ocurrió un evento clave en la historia de las comunicaciones: se envió el primer SMS. El mensaje, que contenía solo dos palabras — «Merry Christmas!» (“¡Feliz Navidad!”) —, fue enviado por el ingeniero de Sema Group Telecoms, Neil Papworth. Lo envió desde una computadora al teléfono móvil Orbitel 901 de su colega Richard Jarvis como parte de una prueba de la nueva tecnología. Si bien el evento en sí parecía simple, su significado fue revolucionario, sentando las bases para el posterior desarrollo de las comunicaciones de texto.
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¿Cómo surgió la idea del SMS?
La idea de enviar mensajes cortos a través de teléfonos móviles surgió por primera vez en 1984. La propuso el ingeniero finlandés Matti Makkonen, empleado de Nokia Networks, en una conferencia científica en Copenhague. Makkonen consideraba los mensajes de texto como una forma práctica de intercambiar información que podría complementar la comunicación por voz. No patentó su idea ni se encargó de su implementación directa, pero su concepto sirvió de base para desarrollos posteriores.
El siguiente paso lo dio el ingeniero alemán Friedhelm Hillebrand, que trabajaba en Deutsche Telecom. En 1985 propuso limitar la longitud de los mensajes de texto a 160 caracteres. Esta decisión se basó en su análisis de tarjetas de felicitación y mensajes del contestador automático, que rara vez superaban ese límite. La propuesta de Hillebrand no solo era lógica, sino también técnicamente justificada, ya que permitía minimizar la carga de las redes y simplificar la transmisión de datos.
El desarrollo de la tecnología tardó algunos años más. En 1991, el Instituto Europeo de Normas de Telecomunicaciones (ETSI) destinó recursos a la creación de un mecanismo para el intercambio de mensajes de texto. El resultado fue un sistema que permitió enviar el primer SMS un año después.
¿Cómo funcionaban los primeros SMS?
La tecnología SMS se basaba en el uso de canales de señalización de las redes GSM, que inicialmente estaban diseñados para transmitir información de servicio. Los ingenieros encontraron la manera de utilizarlos para transmitir datos de texto, lo que permitió integrar la nueva tecnología sin necesidad de construir una infraestructura separada.
El mensaje se codificaba en formato PDU (Protocol Data Unit): un código binario que incluía el texto, los datos de servicio y la información del destinatario. Para los caracteres del alfabeto latino se utilizaba una codificación de 7 bits, lo que permitía incluir hasta 160 caracteres en un solo mensaje. Para los idiomas con caracteres más extensos, como el chino o el árabe, se utilizaba la codificación UCS-2, por lo que la longitud del mensaje se reducía a 70 caracteres.
Los centros SMS (SMSC) desempeñaron un papel clave en el enrutamiento de los mensajes. Estos servidores recibían los mensajes, los almacenaban temporalmente si el dispositivo del destinatario no estaba disponible y reenviaban los datos cuando se restablecía la conexión. Este sistema convirtió a los SMS en un medio de comunicación fiable, garantizando la entrega de los mensajes incluso en caso de fallos temporales en la red.
Nokia y la popularización de los SMS
Aunque el primer mensaje se envió a un Orbitel 901, Nokia desempeñó un papel importante en la adopción masiva de los SMS. La empresa participó activamente en el desarrollo de los protocolos de transmisión de datos y en 1994 lanzó el Nokia 2010, uno de los primeros teléfonos que permitía no solo recibir, sino también enviar mensajes de texto. Este dispositivo abrió una nueva era en las comunicaciones, haciendo que la tecnología fuera accesible para un público amplio.
Nokia también contribuyó a la estandarización de los protocolos, garantizando la compatibilidad de los SMS entre dispositivos de diferentes fabricantes. Estos esfuerzos ayudaron a convertir los SMS en una tecnología universal que pudo extenderse por todo el mundo.
¿Por qué los SMS se hicieron populares?
Inicialmente, los SMS no gozaron de gran popularidad. Los teléfonos móviles seguían siendo caros, y los operadores no tenían prisa por implantar el nuevo servicio, considerándolo secundario en comparación con la comunicación por voz. Sin embargo, la situación cambió a mediados de la década de 1990. Los operadores empezaron a incluir los SMS en sus planes de tarifas, y los dispositivos móviles se volvieron más asequibles.
Para el año 2000, los SMS se habían convertido en un fenómeno masivo, especialmente entre los jóvenes. Los mensajes se convirtieron en una forma cómoda y económica de comunicarse. La limitación de la longitud estimuló el desarrollo de un lenguaje único de abreviaturas, como “LOL” (“laugh out loud”) o “BRB” (“be right back”), así como de símbolos parecidos a los emojis.
En 2010, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), se enviaron más de 6 billones de mensajes en todo el mundo, lo que equivalía a aproximadamente 192.000 mensajes por segundo. Los SMS se convirtieron en un fenómeno cultural que cambió las formas de interacción entre las personas.
¿Por qué disminuyó la popularidad de los SMS?
Con el desarrollo de las tecnologías, la popularidad de los SMS comenzó a disminuir. Las principales razones son:
- La aparición de los mensajeros. Aplicaciones como WhatsApp, Telegram y Viber ofrecieron a los usuarios funciones mejoradas: envío de multimedia, chats grupales, ausencia de limitaciones en la longitud de los mensajes.
- La rentabilidad. Los mensajeros utilizan el tráfico de Internet, que a menudo resulta más barato que el coste de los SMS.
- Las limitaciones de la tecnología. El límite de caracteres, la ausencia de cifrado y la imposibilidad de enviar multimedia hicieron que los SMS fueran menos competitivos.
- La influencia social y cultural de los SMS
Los SMS cambiaron las formas de comunicación entre las personas. Hicieron que la comunicación fuera más accesible y rápida, permitiendo comunicarse donde antes era imposible. Sin embargo, el formato de texto de la comunicación también tenía sus inconvenientes, como la falta de matices emocionales y la posibilidad de malentendidos.
La tecnología tuvo un impacto significativo en la cultura. Los jóvenes utilizaron activamente los SMS para expresarse, creando un nuevo lenguaje de abreviaturas y símbolos. Pero el uso masivo de mensajes de texto también contribuyó al aumento de la dependencia de los dispositivos móviles, lo que afectó a la productividad y la concentración de las personas.
El futuro de los SMS
A pesar de la disminución de su popularidad, los SMS siguen siendo una herramienta importante. Se utilizan para la autenticación de dos factores, las alertas de emergencia y los envíos masivos. El nuevo estándar RCS (Rich Communication Services) ofrece funciones más modernas, como la transmisión multimedia, una mayor seguridad y la integración con otros servicios.
Los SMS siguen siendo un símbolo de fiabilidad, sencillez y universalidad. Es posible que en el futuro se adapten a las nuevas condiciones y mantengan su importancia en un mundo en constante cambio.
Conclusión
Los SMS no son solo una tecnología, sino una etapa significativa en la historia de las comunicaciones. Desde el primer mensaje de Neil Papworth hasta el fenómeno cultural que afectó a miles de millones de personas, los SMS demostraron que incluso las ideas más sencillas pueden cambiar el mundo. Y aunque su popularidad ha disminuido, siguen siendo una parte importante del panorama digital, encontrando nuevas aplicaciones y recordando su importancia histórica.